Ireneke
4/02/2010 09:50:00 p.m. | Author: Malinkita
He tenido a la muerte de "cerca" sólo cuatro veces en mi vida, bueno ahora cinco.

La primera que recuerdo fue la muerte de mi abuelo materno, del cual no recuerdo mucho, solamente que me daba miedo. Tengo una imagen de él acostado en un sillón viendo la televisión, o algo así. Cuando nos enteramos de que lo habían asesinado, estabamos mi mamá y yo en la casa en Minatitlán Veracruz. Ella se desplomó literalmente, y empezó a llorar inconsolable al pie de la cama, yo hice lo mismo, pero realmente creo que era solamente imitación. No demerito su muerte, pero no creo que hubiera tenido la madurez suficiente para haber entendido que estaba sucediendo.

La segunda fue la muerte de mi abuelo paterno, del cual recuerdo más; lo quisé, pero nunca fuimos cercanos, principalmente porque nosotros no vivíamos en la Ciudad de México. Lo ví en su último día en la casa de mi abuela, de ahí al hospital y nunca más. Cuando lo ví se convulsionaba y eso causó un problema en mí, problema que descubrimos meses más tarde. (Problema ya resuelto). No fui al velatorio; en vez de eso me fui a casa de la hermana de la cuñada de mi papá; mi tía pues, jugamos Mario Bros. y Duck Hunt ( wow todavía me acuerdo del nombre sin buscarlo en google!!). En el entierro no ví a mi papá derramar una sola lágrima, qué fuerte se veía sosteniendo a su madre en esa despedida.

La tercera fue mi primo Chuchito, un niño que nació con hidrocefalia y al cual no le daban más que dos años de vida. Vivió hasta los 6. No tengo muchos recuerdos de él, porque para ser sinceros sino te aceptaba al principio, no te aceptaba más, tons pues qué creen que pasó conmigo? Efectivamente.
Ese día entendí un poquito más ese dolor, el dolor de perder a un ser querido. Recuerdo que su padre se quería literalmente lanzar a la fosa en donde estaba el ataúd, mi tía su lado llorando en silencio; siempre ha sido una persona muy privada; y mi tío con gritos inconsolables. No creo que le haya dolido más a él, creo que era lo mismo, pero todos somos tan diferentes y de la misma forma tenemos diferentes maneras de demostrar el dolor.

La cuarta no fue un familia pero como si lo hubiera sido. Ulises, mi amigo que se murió de amor. Él fue uno de los primeros amigos de mis hermanos, principalmente del mayor, cuando llegamos a Querétaro, gracias a los Scouts. Uli decía que yo era su novia y que se iba a casar conmigo cuando estuviera grande, el tenía 22 y yo 7, era mi hermanito oso, por grandote y gordo. Me llevaba a comer helado y me regalaba libretitas (siempre me ha gustado andar anotando todo). Se murió de amor, ella lo dejó, y el decidió no seguir luchando por su vida. El funeral fue lindo, si lo puedes llamar de esa manera. Habíamos más de 100 personas ahí, sin contar a su familia que es extensa. ÉL tenía muchos amigos, porque siempre supo como serlo. Ahí si lloré, pero ya no quise ir al entierro, no podía y no quería. Era muy difícil. Amigo te quiero y sigues estando con nosotros.

Al crecer empiezas a entender un poco más el dolor, a entender que somos tan vulnerables y que sólo estamos de paso; que la vida es prestada y que lo que hagas de ella depende solamente de tí.

Ayer murió la abuelita de Koen.
Se puede pensar que no me duele porque no es mi abuela filialmente; pero sí lo es, sí lo era. Desde el momento que llegué a Bélgica siempre tuvo una sonrisa para mí. Sus nietos traduciendo lo que ella quería decirme porque en esos momentos yo no hablaba Neerlandés ni ella Inglés (Y Francés ps no). Me regalo una pijama, trastes, cobijas y mucho amor. Recuérdola con su espalda encorvada, pero siempre feliz, siempre con sus chocotoff's, con su cabello blanco y sus trajes sastre; con su alegría y sus nariz aguileña, con sus lindos ojos café.


Ahora tengo más miedo de perder a mi otra abuela, ahora que se encuentra en el hospital. No quiero llegar a sentir lo que siente Koen, me da miedo pero se que es inevitable, aguanta abuelita ya pronto voy a verte.

Beste moemoe (Ireneke);

Je bent in vrede nu, we blijven achter maar we gaan je ongelooflijk veel missen. Je was ook mijn moemoe, dank u voor alles, voor al de liefde en de warme woorden. We zien je echt graag maar, tenminste ik, ben ik blij dat je geen pijn meer hebt. Vuela en paz querida abuelita.